Uber resuelve un significativo litigio en Australia al acordar un arreglo por casi 272 millones de dólares australianos (equivalente a unos 164 millones de euros). Este acuerdo señala el fin de una larga disputa con el sector de taxis y alquiler de vehículos sobre el ingreso al mercado de Uber en 2012, el cual fue calificado de "agresivo". El conflicto, que representa la quinta demanda colectiva más grande en la historia de Australia, debía ser discutido el lunes ante el Tribunal Supremo en el estado de Victoria. La demanda incluía a 8000 taxistas y empresas de alquiler de vehículos que argumentaban que las prácticas comerciales de Uber les habían causado significativos pérdidas económicas.

Los demandantes, representados por el bufete de abogados Maurice Blackburn, acusaron a Uber no solo de haber creado competencia desleal con su entrada en el mercado, sino también de haber utilizado vehículos no autorizados con conductores no acreditados. Por su parte, Uber destacó a través de un portavoz que las quejas son "remanentes del pasado" de una época en la que aún no existían regulaciones específicas para los servicios de compartición de viajes.

Este acuerdo, que aún necesita la aprobación formal del Tribunal Supremo antes de que se finalice, subraya los retos y controversias a los que se enfrentan modelos de negocio innovadores como Uber al entrar en mercados establecidos. También arroja luz sobre la necesidad de una regulación equilibrada que promueva la innovación y garantice condiciones de competencia justas. El caso de Uber en Australia sirve, por lo tanto, como un ejemplo de las complejas interacciones entre las empresas tecnológicas y las industrias tradicionales a nivel mundial.