La empresa espacial estadounidense SpaceX planea una expansión significativa de su constelación de satélites Starlink. Los nuevos satélites Direct-To-Cell (DTC) permitirán que los teléfonos inteligentes accedan directamente a la red celular sin necesidad de antenas adicionales, de manera similar a una red celular terrestre. Sin embargo, este desarrollo podría tener amplias repercusiones en la astronomía.

Un estudio de la Unión Astronómica Internacional (IAU) muestra que estos nuevos satélites podrían brillar hasta 4,9 veces más en el cielo que los satélites Starlink anteriores. Investigadores de la IAU, responsables de proteger el cielo oscuro de las interferencias causadas por las constelaciones de satélites, han determinado tras las primeras pruebas de los seis prototipos ya lanzados que los nuevos satélites DTC podrían afectar significativamente las observaciones astronómicas.

Los primeros prototipos DTC fueron lanzados al espacio el 3 de enero de 2024. Tras pruebas exitosas, SpaceX solicitó la autorización para el lanzamiento de 7500 satélites DTC, que orbitarán la Tierra a una altura de 340 a 345 kilómetros. Este desarrollo ha causado preocupación entre astrónomos de todo el mundo, ya que el aumento de la luminosidad de los satélites podría afectar la visibilidad del cielo nocturno.

**Mediciones del brillo de los nuevos satélites realizadas con el telescopio robótico MMT9 en el observatorio ruso de Selentschuk muestran la significativa luminosidad de los satélites DTC. Sin embargo, Anthony Mallama y sus colegas de la IAU enfatizan que las mediciones actuales solo ofrecen una primera impresión y que se necesitan más análisis para determinar el alcance exacto del aumento de brillo.**

SpaceX ha tomado medidas en el pasado para reducir el brillo de los satélites Starlink, por ejemplo, mediante revestimientos exteriores menos reflectantes. Si esto se implementa con éxito en los nuevos satélites DTC, el aumento del brillo podría reducirse, en el mejor de los casos, a 2,6 veces, según los investigadores.

Actualmente, SpaceX ya opera más de 6,000 satélites Starlink en órbitas terrestres bajas, con planes de aumentar esta cifra a más de 34,000. Esto representa un desafío creciente para los astrónomos, quienes tienen cada vez más dificultades para observar sin interrupciones. La IAU ha estado operando su propio monitoreo de satélites durante dos años para minimizar el impacto de estos satélites en las observaciones astronómicas.