Lanxess, el conglomerado de química especializada alemán, continúa siendo duramente afectado por la continuada débil demanda. Las perspectivas para la empresa son sombrías y muchos inversores comienzan a perder la paciencia. La actual recesión del sector ha golpeado a Lanxess aún más fuerte que antes. En el cuarto trimestre, la dirección liderada por Matthias Zachert tuvo que recortar nuevamente las previsiones para las ganancias operativas, debido a una demanda aún más débil de lo esperado.

La cotización de la acción cayó nuevamente de manera drástica. Al cierre del mercado de MDax, la acción perdió un 7,7 por ciento de su valor y se redujo a 21,23 euros. En términos anuales, Lanxess lleva la linterna roja en el índice de compañías cotizadas de tamaño medio con una pérdida de casi un 44 por ciento.

El analista Chris Counihan de la banca de inversión estadounidense Jefferies comentó la nueva disminución de la proyección y destacó especialmente los efectos en el balance de la empresa. Dijo que a este nivel de resultados, el flujo de caja libre es limitado, lo que ahora se refleja en el recorte de dividendos. Lanxess espera para el año en curso un resultado ajustado por elementos especiales antes de intereses, impuestos y amortizaciones de 500 a 550 millones de euros. Originalmente, la junta directiva había previsto entre 600 y 650 millones de euros. Los analistas esperaban recientemente un resultado operativo promedio de alrededor de 571 millones de euros.

A principios de año, el director de Lanxess, Zachert, había prometido un resultado operativo al nivel del año anterior de 930 millones de euros. En mayo, la empresa emitió una proyección que ya estaba al nivel del año anterior. Sin embargo, solo unas semanas después, en junio, la proyección tuvo que ser reducida nuevamente. Este nuevo recorte en las expectativas de ganancias de Lanxess es otro ejemplo de la situación actual en muchas de las grandes compañías químicas alemanas. Tanto BASF como Evonik tuvieron que rebajar sus objetivos este verano. La industria no solo sufre por los altos precios de la energía, sino especialmente por la baja demanda debido a la debilidad de la economía mundial.

En Lanxess, ahora se complica la situación debido a una incipiente reducción de inventario por parte de los clientes de la industria agrícola, así como una limitación de producción debido a los proveedores. Además, la compañía anunció que recortará el dividendo para el año en curso de 1,05 euros a 10 centavos por acción. Para lograr ahorros de alrededor de 100 millones de euros este año, Lanxess inició un programa de ahorro en agosto. Entre otras cosas, se detendrán las contrataciones en toda Europa y se reducirán las inversiones.

A largo plazo, se espera que medidas profundas como la reducción de la administración generen ahorros de alrededor de 150 millones de euros al año. En Alemania, dos de los 53 establecimientos totales se ven afectados.

Para Lanxess, será cada vez más importante diversificarse tanto tecnológica como productivamente. La difícil situación del mercado demuestra que la diversificación en ambos niveles es esencial para superar con éxito los retos del futuro.