El conglomerado estadounidense de petróleo y gas Chevron reporta una caída en ganancias del segundo trimestre, incumple expectativas de analistas.

A pesar de un aumento del once por ciento en la producción mundial de petróleo, apoyado por la adquisición de PDC Energy, Chevron no pudo cumplir con las expectativas. Aunque las adquisiciones recientes contribuyeron al aumento de la producción, los desafíos económicos y los efectos cambiarios afectaron el balance.

Durante la presentación de los resultados trimestrales, Chevron también anunció su intención de trasladar su sede corporativa de San Ramón, California, a Houston, Texas. Esta decisión refleja la creciente importancia de Texas como un centro clave para la industria energética de Estados Unidos.

La acción de Chevron reaccionó negativamente a estas noticias y cayó casi un 3 por ciento en el mercado previo a la apertura. A finales de julio, los títulos ya habían estado bajo presión después de que la fusión con el competidor Hess se retrasara significativamente. Se programó una audiencia del Tribunal Internacional de Arbitraje en relación con la fusión de 53 mil millones de dólares para mayo de 2025. El punto de disputa es la participación del 30 por ciento de Hess en un bloque petrolero en Guyana, que es operado por Exxon. Exxon reclama el derecho de preferencia para esta participación, mientras que Chevron ha anunciado que cancelará la fusión si la participación en Guyana no es parte de la transacción.

En el comercio de la Bolsa de Nueva York, la acción de Chevron cayó temporalmente un 3,05 por ciento, a 147,98 dólares estadounidenses, lo que subraya la incertidumbre y los desafíos de la empresa en un entorno de mercado volátil.