Agricultores británicos expresan su descontento frente al Parlamento en Londres. Cuatro años después de la salida de la UE, protestan contra los alimentos importados que ven como una amenaza para la agricultura local. Con lemas como "Apoyen a los agricultores británicos" y "El Brexit es una catástrofe", alrededor de cien agricultores de todo el país llaman la atención sobre su situación. Critican los acuerdos comerciales negociados tras el Brexit, que a su juicio conducen a una competencia desleal con importaciones más baratas y de menor calidad. La iniciativa Save British Farming, liderada por Liz Webster, condena especialmente las importaciones de "alimentos inferiores" que socavan los productos locales.

Desde el Brexit, el Reino Unido ha firmado numerosos acuerdos comerciales, pero muchos agricultores se ven como perdedores de estos acuerdos. Hay una gran preocupación de que la liberalización del comercio y la falta de controles de importación resulten en la inundación del mercado británico con alimentos procedentes de países con estándares más bajos. Esto, a pesar de que el Reino Unido recientemente rompió un acuerdo comercial con Canadá debido a diferencias, incluyendo la aprobación de carne de res tratada con hormonas. Este paso fue alabado por la presidenta de la National Farmers' Union de Inglaterra y Gales, Minette Batters, como una actitud firme por parte del gobierno británico.

La agricultura actualmente contribuye alrededor del 60 por ciento al suministro de alimentos del Reino Unido. Sin embargo, los agricultores temen que su porcentaje pueda disminuir debido a la creciente presión de las importaciones. Las protestas frente al Parlamento ocurren en un momento en el que se anticipa una nueva elección de la Cámara de los Comunes, donde los Tories gobernantes están a la zaga de la Partido Laborista en las encuestas. Los agricultores británicos se encuentran, por lo tanto, simbólicamente en el centro de un torbellino político y económico que dará forma al futuro de la agricultura en el Reino Unido.