Las acciones del grupo automovilístico estadounidense Stellantis cayeron un 3,8% en el comercio europeo el viernes y hasta ahora han registrado una disminución del 45% este año. La pérdida de valor siguió inmediatamente al anuncio de un cambio integral en la dirección, pocos días después de que la empresa rebajara su pronóstico de ganancias para el año completo.

Stellantis, que incluye marcas como Jeep, Ram, Chrysler, Fiat y Peugeot, reportó una caída en las ventas del 7,1 % en el tercer trimestre, con 2,2 millones de vehículos entregados. El mercado chino fue particularmente afectado, con una disminución del 15 % en las entregas. Marco Schubert, miembro de la junta directiva de Stellantis, declaró: "La competencia en China es especialmente intensa, lo que es la principal razón de la disminución global de nuestras entregas.

Los ingresos decrecientes en China son el resultado de agresivos descuentos por parte de los competidores, que introducen nuevos modelos a precios bajos para ganar cuota de mercado. Stellantis se mantiene firme en su estrategia de precios para asegurar las ganancias necesarias para inversiones tecnológicas, lo que sin embargo dificulta la competitividad en el entorno de precios.

En el marco del cambio de liderazgo, el actual director ejecutivo, Carlos Tavares, dimitirá al finalizar su contrato en la primavera de 2026. Además, el director financiero y el director de operaciones para Norteamérica también dimitirán. Según Stellantis, estas medidas pretenden sentar las bases para un cambio, pero los analistas siguen siendo escépticos.

Los analistas de Bernstein criticaron que los cambios de liderazgo no abordan los desafíos inmediatos de Stellantis. "La empresa debe reducir el exceso de inventario, aumentar la rentabilidad en los EE. UU. y afrontar desafíos estratégicos en la UE", dijo un analista. Los cambios actuales no ofrecen respuestas claras a estos problemas.

En particular, los concesionarios estadounidenses de las marcas Jeep y Ram se quejaron de inventarios excesivos de vehículos, causados por objetivos de producción agresivos y altos precios de lista. Estas preocupaciones fueron en su mayoría ignoradas por Stellantis durante casi un año, lo que llevó a una pérdida de confianza entre los inversores. "La empresa perdió significativamente la confianza cuando en septiembre revisó a la baja su pronóstico de ganancias", comentaron los analistas de Bernstein.

Además de los desafíos internos, Stellantis también se enfrenta a una guerra comercial en escalada con China. La UE planea imponer aranceles de hasta el 45% a los vehículos eléctricos fabricados en China, lo que podría aumentar aún más los costos para los fabricantes europeos. Estas tensiones geopolíticas complican la ya difícil posición de Stellantis en el mercado.

Con los problemas persistentes en la fijación de precios y los altos costos de producción, el futuro de Stellantis sigue siendo incierto. Aunque el próximo cambio de liderazgo podría dar impulsos estratégicos, los problemas fundamentales del mercado permanecen sin resolver.