El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha insinuado en respuesta a nuevas sanciones occidentales que podría considerar restricciones de exportación para materias primas clave como el uranio, el titanio y el níquel. Esta medida podría afectar particularmente a la industria nuclear occidental, ya que muchas plantas de energía nuclear dependen de los suministros de uranio rusos. Rusia cubre alrededor de un tercio de la capacidad mundial de enriquecimiento de uranio y aproximadamente el 5 por ciento de la producción de uranio.

Putin äußerte sich in einer im Fernsehen übertragenen Sitzung mit hochrangigen Regierungsvertretern: "Vielleicht sollten wir über gewisse Einschränkungen nachdenken – Uran, Titan, Nickel", sagte er und machte dabei deutlich, dass dies eine Reaktion auf die westlichen Sanktionen sei. Er fügte hinzu: "Wir müssen sicherstellen, dass wir uns dabei nicht selbst schaden."

El presidente Putin comentó en una sesión televisada con altos funcionarios del gobierno: "Tal vez deberíamos considerar ciertas restricciones – uranio, titanio, níquel", dijo, dejando claro que esto era una respuesta a las sanciones occidentales. Añadió: "Debemos asegurarnos de no perjudicarnos a nosotros mismos.

Ein solcher Schritt könnte erhebliche Auswirkungen auf westliche Atomkraftwerke haben, die langfristige Verträge mit Russland über die Lieferung von angereichertem Uran abgeschlossen haben. Besonders betroffen wäre die westliche Energieinfrastruktur, da Uran ein unverzichtbarer Rohstoff für die Atomenergie ist. Experten wie Colin Hamilton von BMO Capital Markets warnen vor den Folgen eines möglichen Exportstopps, der die Uranindustrie stark belasten würde.

Un paso así podría tener un impacto significativo en las plantas de energía nuclear occidentales, que han firmado contratos a largo plazo con Rusia para el suministro de uranio enriquecido. La infraestructura energética occidental se vería particularmente afectada, ya que el uranio es una materia prima indispensable para la energía nuclear. Expertos como Colin Hamilton de BMO Capital Markets advierten sobre las consecuencias de una posible detención de exportaciones, que pondría una gran presión sobre la industria del uranio.

La amenaza de esta medida se produce en el contexto de una escalada de las sanciones occidentales contra Rusia y sus aliados, entre ellos China e Irán. Inicialmente, las sanciones se centraron en los portadores de energía, como el petróleo y el carbón, pero ahora los estados occidentales están enfocando cada vez más en las exportaciones de metales de Moscú. Estados Unidos ya ha prohibido las importaciones de metales rusos como el aluminio, el cobre y el níquel, y tampoco se comercializan nuevos productos metálicos rusos en las principales bolsas del Reino Unido y Estados Unidos.

La amenaza de Putin se suma a una serie de medidas similares con las que Rusia respondió a las sanciones. Ya en 2022, Moscú cortó los suministros de gas a la UE a través del gasoducto Nord Stream, lo que puso al Occidente bajo presión. Alexandra Prokopenko del Carnegie Russia Eurasia Center ve en las declaraciones actuales una "amenaza típica de Putin", que señala la importancia de Rusia en tierras raras y otros recursos importantes para la transición energética de Occidente.

Mientras Occidente intenta ampliar sus sanciones contra Rusia, las entregas de materias primas rusas se desvían cada vez más hacia China, incluidas las de carbón de coque y aluminio. Según Putin, Rusia se ayudó a sí misma tras las sanciones occidentales anteriores de 2014, creando alternativas nacionales para las importaciones de alimentos desde Estados Unidos y la UE. Ve un desarrollo similar ahora en la industria, lo que apunta a la actual segmentación geopolítica de los mercados.