La emergente plataforma china de moda rápida Shein ejerce una fuerte presión sobre Asos y Boohoo, pero muchos de los problemas de los minoristas de moda británicos son caseros. Mientras Shein podría estar planeando un debut en la bolsa de Londres, Asos y Boohoo luchan por contener sus pérdidas. Las acciones de ambas empresas han caído más del 85 por ciento en los últimos tres años, ya que los clientes regresaron sorprendentemente rápido al comercio minorista físico después de la pandemia.

El ascenso de Shein ha hecho que los competidores británicos parezcan anticuados. Sin embargo, además de la dura competencia, Asos ha sufrido por sus propias malas decisiones. La empresa compró demasiados productos y asumió erróneamente que los artículos no vendidos podrían ser descontados más adelante. Asimismo, la automatización de varios almacenes resultó ser un error costoso.

Boohoo, que abrió un centro de distribución en Pensilvania para entregar a los clientes de EE. UU. al día siguiente, tuvo que dar marcha atrás de manera embarazosa esta semana y anunció que, en adelante, todos los pedidos de EE. UU. se gestionarán nuevamente desde el Reino Unido. Esto resultará en una depreciación del centro en EE. UU.

Asos, cuyos inversores estaban preocupados hasta hace poco por los bonos pendientes, pudo al menos presentar una refinanciación exitosa. La empresa vendió el 75 por ciento de las marcas Topshop y Topman adquiridas en 2021, pero aún tiene 73,6 millones de libras en bonos que vencen en 2026. Sin mejoras significativas en el flujo de caja, existe el riesgo de aplazar el problema, ya que la empresa ha registrado un flujo de caja libre negativo en los últimos dos años.

Asos-CEO José Antonio Ramos Calamonte, quien asumió el mando en 2022, ha implementado las primeras medidas, incluidas la adaptación de los inventarios y el cierre de un almacén. No obstante, Barclays pronostica que Asos no generará un flujo de caja libre positivo hasta el año fiscal 2027.

La competencia de Shein y la creciente plataforma Temu agrava la situación. Asos advirtió la semana pasada que las ventas podrían estar ligeramente por debajo de las expectativas anteriores, lo que significaría una disminución del 5 al 15 por ciento. A pesar de los recientes ajustes, parece que el apogeo de las marcas británicas de moda rápida ha quedado atrás.