Las acciones de Airbus se desplomaron el martes después de que el mayor fabricante de aviones del mundo rebajara su pronóstico de ganancias anuales y pospusiera sus objetivos de producción debido a las continuas interrupciones en la cadena de suministro.

El grupo aeroespacial europeo ha estado luchando con retrasos en las entregas desde la pandemia de coronavirus, pero el CEO Guillaume Faury alarmó a los inversores con la advertencia de que la escasez de motores representa nuevamente un "problema significativo".

Estos nuevos cuellos de botella significan que Airbus probablemente entregará "alrededor de 770" aviones comerciales este año, en lugar de los 800 pronosticados anteriormente. Además, la empresa pospuso su objetivo de producir mensualmente 75 aviones de la familia A320, su modelo más vendido, del 2026 al 2027.

A diferencia de 2022, cuando Airbus tuvo que lidiar con defectos en los motores, la empresa ahora enfrenta escasez tanto de Pratt & Whitney como de CFM International, ambos proveedores del A320.

Esta es una nueva situación que no esperábamos", dijo Faury, quien anunció la advertencia después del cierre de la bolsa en París el lunes. "Motores que no fueron un problema en 2023 y a principios de 2024 ahora representan nuevamente un problema significativo.

Faury añade que también hay escasez de piezas de cabina, ya que muchas aerolíneas están actualizando aviones antiguos ante las dificultades para adquirir nuevos.

Las acciones de Airbus cayeron un 12 por ciento por la tarde. La advertencia afectó a todo el sector de la aviación, con las acciones del fabricante de motores Rolls-Royce cayendo un 4 por ciento y las del proveedor de aviación Melrose Industries en un 3 por ciento.

Airbus sufre desde hace dos años restricciones en la cadena de suministro que obstaculizan las ambiciones de la empresa de satisfacer la demanda creciente de nuevos aviones tras la pandemia.

La continuación de los problemas en la cadena de suministro de aviones comerciales contradice la narrativa de una mejora gradual", observó Robert Stallard, analista de Vertical Research Partners.

El hecho de que incluso la extremadamente conservadora Airbus haya evaluado incorrectamente esta previsión es una señal de lo desafiante que es esta situación en la cadena de suministro y nuevamente pone en duda los planes de producción de los fabricantes de equipos originales", añadió.

Es la segunda vez desde 2022 que Airbus tiene que posponer sus objetivos anuales de entrega. Faury dijo a principios de mes en una cumbre de aviación en Berlín que espera que las limitaciones en la cadena de suministro del sector duren otros dos o tres años.

Airbus anunció también que la compañía realizará una amortización de aproximadamente 900 millones de euros en relación con su negocio de sistemas espaciales en el primer semestre, después de que la nueva gestión revisara los programas a largo plazo.

Se mencionaron "productos complejos y exigentes" que conllevaban riesgos de desarrollo. La empresa evaluará "todas las opciones estratégicas, tales como posibles reestructuraciones, modelos de cooperación, revisiones de cartera y opciones de fusiones y adquisiciones (M&A)".

El grupo aeroespacial ahora espera un resultado ajustado antes de intereses e impuestos de 5.500 millones de euros este año, en comparación con una previsión anterior de hasta 7.000 millones de euros. Airbus dará a conocer sus resultados semestrales el 30 de julio.

La advertencia llegó cuando Airbus estaba a punto de cerrar un acuerdo con Spirit AeroSystems para hacerse cargo del trabajo del proveedor estadounidense en algunos de sus programas, especialmente en los aviones A220 y A350. Un acuerdo allanaría el camino para que Boeing adquiriera la mayor parte de Spirit, incluidas sus operaciones en Kansas.

Boeing está en conversaciones con Spirit desde marzo porque el fabricante de aviones estadounidense quiere mejorar los procesos de fabricación del proveedor después de que una sección del fuselaje de uno de sus aviones 737 Max se rompiera en el aire en enero. Spirit suministra los fuselajes a Boeing y ambas empresas están siendo examinadas por la agencia de seguridad aérea de EE. UU.