El Grupo Alaska Air ha recibido un pago de 160 millones de dólares del fabricante de aviones Boeing como primera compensación por las ganancias perdidas a raíz de la explosión de un sello de puerta en un vuelo de Alaska Airlines en enero. El incidente y la consiguiente paralización de la flota de jets Boeing 737-9 MAX de Alaska tuvieron un impacto negativo en el rendimiento financiero de Alaska en el primer trimestre. Alaska informó que, tras el accidente en enero, se perdieron algunas reservaciones.

Aunque se recibió la compensación de Boeing, Alaska espera reportar mayores pérdidas para el primer trimestre de lo previamente proyectado, debido a un cambio en la forma en que se maneja la contabilidad de la compensación de Boeing. La compañía indicó que no registrará la compensación de Boeing como ingresos, sino que la tratará como una reducción de los activos de los aviones.

La empresa ahora espera reportar una pérdida ajustada de 1,15 a 1,05 dólares por acción en el primer trimestre, una pérdida mayor que la pérdida ajustada originalmente proyectada de 55 a 45 centavos por acción.

Alaska espera más compensaciones de Boeing, pero no dio más detalles al respecto. Ya en enero, la empresa advirtió que el incidente disminuiría sus ingresos en aproximadamente 150 millones de dólares, una estimación inicial de las repercusiones financieras del incidente.

Las autoridades reguladoras han presionado a Boeing para abordar problemas de control de calidad en su fábrica del 737, incluyendo la limitación de producción, pero aún surgen errores a pesar de las inspecciones de seguridad. Boeing está llevando a cabo una reestructuración de sus ejecutivos para restaurar su reputación, con el director ejecutivo Dave Calhoun renunciando al final del año.