Escasez de Agua como Riesgo Global – Informe de la ONU advierte sobre el aumento de conflictos

La organización cultural de la ONU, UNESCO, está dando la alarma: la escasez de agua podría llevar a un aumento de conflictos a nivel mundial. Este escenario fue esbozado por la Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, en el marco de su informe anual sobre el agua. El mensaje es claro: para preservar la paz, no solo se necesitan medidas de protección para los recursos hídricos, sino también una intensa cooperación regional y global. Alrededor del 50 por ciento de la población mundial se ve afectada al menos estacionalmente por déficits de agua y más de dos mil millones de personas carecen de acceso a agua potable limpia, mientras que aproximadamente 3,5 mil millones deben prescindir de infraestructura sanitaria higiénica. Aunque el crecimiento poblacional es continuo, la relación entre el crecimiento y la demanda de agua no está directamente vinculada, según la UNESCO – el menor consumo se encuentra justo en regiones con rápido aumento de población. El consumo de agua dulce aumenta anualmente en un uno por ciento, y este incremento no se debe únicamente al sector agrícola, que utiliza el 70 por ciento del agua. La industria, con el 20 por ciento, y los hogares privados, con el 10 por ciento, también contribuyen a la mayor demanda de agua. Los hábitos alimenticios cambiados se consideran un motor de esta tendencia. La UNESCO también señala la componente social: las mujeres y las niñas sufren especialmente la escasez de agua, ya que a menudo son responsables de suministrar agua en áreas rurales, lo que afecta sus oportunidades educativas. Además, la falta de agua puede favorecer los movimientos migratorios. El informe de la UNESCO subraya que, sobre todo, los grupos de población más pobres y vulnerables están en peligro por la escasez de agua. Aunque el agua hasta ahora no se considera una causa principal de conflicto, podría exacerbar las disputas, como en la región del Sahel, donde las desecaciones condujeron a tensiones sobre el acceso al agua y la tierra. Una cooperación más fuerte y la gestión conjunta de los recursos hídricos, apoyadas por la Convención del Agua de 1992, podrían servir como instrumentos de paz, según la UNESCO. Desde 2016, la convención está abierta a todos los países, lo que se refleja en un aumento de miembros – de 41 a 52 países, con aproximadamente 30 más en proceso de adhesión. Como ejemplo de efectos positivos, Sonja Köppel, jefa del secretariado de la Convención del Agua de la ONU, menciona la región de Sava después de la guerra y cooperaciones similares a través de fronteras nacionales. Sin embargo, los conflictos políticos actuales como el de Bielorrusia y Lituania frenan el progreso. A nivel mundial, 153 países comparten ríos o lagos con sus vecinos, pero solo 24 han establecido acuerdos integrales para todos los cuerpos de agua en su territorio – Alemania es uno de ellos.