En el camino hacia la contención de la epidemia de fentanilo: un esfuerzo global

Más de 80.000 estadounidenses caen anualmente víctima de la creciente amenaza del fentanilo. Lo que una vez comenzó como una crisis debido a la prescripción irresponsable de analgésicos, se ha convertido en un tráfico ilegal mortal de píldoras falsificadas de OxyContin o Vicodin que contienen fentanilo en dosis extremadamente variables. Una sola píldora ya puede ser letal, dependiendo de la cantidad de fentanilo que contenga. China sigue siendo la principal fuente de fentanilo que llega a los Estados Unidos. Originalmente, las píldoras terminadas se enviaban directamente a los consumidores a través del servicio postal internacional y de mensajería urgente. Sin embargo, cada vez más, las químicas utilizadas para la fabricación de fentanilo – conocidas como precursores químicos – se envían a cárteles en México. Allí, se procesan en píldoras y se contrabandean a través de la frontera. Mientras China incrementa la presión sobre los centros de fabricación ilegales, este comercio ilegal se traslada cada vez más hacia los precursores químicos y la producción en México. Es urgente frenar el comercio ilegal y la fabricación de este opioide peligrosamente potente mediante medidas sensatas y muy necesarias. Un primer paso podría ser regular estrictamente todos los precursores químicos, ya que muchos de ellos escapan a las restricciones existentes o burlan la supervisión mediante modificaciones constantes. Como una reciente investigación de Reuters reveló, las químicas, cuando forman parte del comercio ilegal, se entregan como polvo por transporte aéreo. Las cantidades necesarias para fabricar grandes volúmenes de píldoras de fentanilo caben en un frasco o incluso en una pequeña bolsa. En estos pequeños volúmenes, las remesas ilegales son difíciles de detectar o identificar en los puntos de control, incluso cuando los agentes aduaneros las inspeccionan. Los delincuentes a menudo envían las químicas directamente a Estados Unidos, ya que es más fácil ocultarlas entre los grandes volúmenes de paquetes que llegan diariamente a América. Las químicas se contrabandean a México, donde su procesamiento en fentanilo en los laboratorios de los cárteles de drogas es una tarea sencilla, antes de ser contrabandeadas de vuelta a Estados Unidos. A pesar de estos desafíos, podemos hacer más para perturbar el comercio ilegal de estas químicas. En los últimos años, varios países han impuesto nuevas restricciones a las químicas utilizadas para fabricar fentanilo. Sin embargo, hasta ahora, estas medidas se han centrado principalmente en cómo se utilizan las químicas, en lugar de controlar sus movimientos de tránsito a todos los niveles. Bajo la presión estadounidense, China incluyó en 2019 todas las formas de fentanilo en su lista de sustancias controladas y sometió estas drogas a una supervisión más estricta. No obstante, el estado chino ha prestado mucha menos atención al floreciente comercio de precursores químicos. Estados Unidos debe exigir nuevamente a China que se concentre en estas químicas para intensificar la lucha más amplia contra el fentanilo. Al mismo tiempo, Estados Unidos, en cooperación con países afines, puede implementar regulaciones globales más estrictas basadas en acuerdos internacionales de control de drogas. Estas regulaciones también deberían apuntar a nuevos "pre-precursores" químicos – es decir, formulaciones más fundamentales de químicas existentes que los cárteles usan para eludir las medidas de control.