Aseguramiento de la calidad en Boeing bajo crítica: la FAA revela deficiencias

Tras un inquietante incidente con un Boeing 737-9 Max casi nuevo en enero, la autoridad de aviación americana FAA descubrió deficiencias graves en los procesos de control de calidad de Boeing. Una parte del fuselaje de la máquina afectada de Alaska Airlines se desprendió en vuelo, aunque afortunadamente no se lamentaron lesiones graves, ya que los asientos adyacentes directos permanecieron desocupados. Las investigaciones revelaron que faltaban pernos de fijación en la pieza. Las indagaciones de la FAA mostraron errores en la supervisión de la producción, el manejo de componentes y la inspección final del producto. Estos últimos hallazgos llegan después de los ya conocidos problemas de producción en el proveedor Spirit Aerosystems, que obligaron a Boeing a realizar correcciones durante meses y pausas en las entregas del modelo 737. Tanto la NTSB como la FAA han puesto en su punto de mira tanto a Boeing como a Spirit Aerosystems para realizar investigaciones adicionales. Además, un comité de expertos convocado por la FAA descubrió inconsistencias en la metodología de Boeing para la notificación interna de problemas de calidad. La división de aviones comerciales de Boeing no mostraba estructuras transparentes y homogéneas al respecto. A pesar de estos desafíos, Boeing pudo celebrar una muestra de confianza de American Airlines. El transportista realizó un pedido masivo de un total de 260 aviones, incluyendo 85 unidades del controvertido modelo Boeing 737-10 Max. Esta decisión sorprende, ya que aún no se ha fijado una fecha precisa para la autorización de los aviones. Originalmente, 30 de los pedidos pertenecían al modelo más pequeño 737-8 Max. Como complemento, American Airlines apostó por 85 unidades del Airbus A321neo y 90 jets regionales del fabricante Embraer del tipo E175, lo que convierte el pedido en una noticia significativa para la industria aeronáutica.