Apple en el punto de mira de los reguladores de competencia de EE. UU.: Acusaciones de monopolio bajo escrutinio

Eulerpool News
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Un viento fresco de regulación sopla a través de la industria tecnológica de los Estados Unidos, afectando ahora también al icono de Cupertino: Apple se enfrenta a graves acusaciones de impedir la competencia. Una demanda presentada por el Departamento de Justicia de EE. UU. y varios estados señala las prácticas comerciales de Apple como anticompetitivas y apunta a obligar al gigante tecnológico a un trato más justo con sus competidores. El avance encuentra resistencia: Apple se defiende y señala una percepción distorsionada de la situación por parte de los demandantes. Según el gigante tecnológico, la acusación no tendrá fundamento y finalmente fracasará. En el centro del conflicto está la acusación de que Apple encadena a los usuarios a su hardware y servicios propios mediante la discriminación deliberada de servicios de la competencia. En particular, la restricción de las llamadas "superapps" y la protección de su propio servicio de mensajería, iMessage, a través de una compatibilidad limitada con dispositivos que no son de Apple, están caldeando los ánimos. Además, el fabricante del iPhone se enfrenta a la afirmación de que está frenando intencionadamente el crecimiento de las ofertas de juegos en la nube. Apple rechaza estas acusaciones. Las repercusiones de este escaramuza antimonopolio en los usuarios europeos siguen siendo inciertas. Con la reciente entrada en vigor de las regulaciones del Digital Markets Act (DMA) de la Unión Europea, Apple ya ha realizado ajustes y ha permitido, por ejemplo, la instalación de aplicaciones de fuentes ajenas a su propia App Store – para desagrado de algunos proveedores de aplicaciones destacados como Spotify y Epic Games. Estos critican que las condiciones están diseñadas de manera tan antieconómica para los desarrolladores que casi nadie las aceptaría. Apple sostiene que la seguridad de los usuarios debe permanecer protegida. La Unión Europea también se ha sumado a la batalla e impuso una multa sustancial de 1.840 millones de euros contra Apple después de que Spotify presentara una queja por obstaculización en el streaming musical – una gran parte de la suma está pensada expresamente como disuasión. La lucha legal por las prácticas comerciales no es un fenómeno nuevo en el sector tecnológico. Después de Google, Amazon y Meta, ahora Apple se encuentra en el punto de mira de la regulación estadounidense, que muestra sus dientes. Mientras que tales procesos normalmente toman varios años, el fiscal general de EE. UU., Merrick Garland, subraya la importancia del gobierno en estos procedimientos. Jonathan Kanter, jefe antimonopolio de la agencia, explica el objetivo de las medidas: Apple debe impulsar la competencia a través de innovaciones, no bloqueando inventos ajenos. Apple, por su parte, argumenta que el derecho de la competencia no exige ofrecer a los competidores acceso libre a sus propias tecnologías. Según la compañía, la demanda pone en peligro principios fundamentales que hacen que sus productos tengan éxito. Se teme un caso de jurisprudencia que podría otorgar a los reguladores demasiado poder en la configuración de la tecnología, con el potencial riesgo de que los iPhones pierdan su singularidad y se transformen en teléfonos Android.