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Del creador de estrellas a la bancarrota: Cómo la industria automotriz europea devora a sus proveedores
Die Krise der Autoindustrie bringt Europas Zulieferer in Bedrängnis – und könnte ganze Regionen wirtschaftlich ausbluten lassen
Una empresa que sobrevivió a Napoleón se rinde ante la movilidad eléctrica
Gerhardi Kunststofftechnik GmbH fue más que solo una empresa. Desde 1796, la firma alemana hizo historia: las guerras napoleónicas, crisis económicas mundiales, dos guerras mundiales, nada pudo afectar a la empresa tradicional. Pero ahora, en medio de la transformación de la industria automotriz, ha ocurrido lo impensable: insolvencia. 1.500 empleados enfrentan un futuro incierto, y con ellos tambalea el fundamento de la industria de suministros.
Gerhardi fue un socio indispensable para Mercedes-Benz: la estrella de plástico brillante en la parrilla de sus limusinas de lujo proviene de sus fábricas. Pero el aumento de costos, una demanda debilitada y la transición lenta hacia la electromovilidad han obligado a la empresa a arrodillarse. La crisis de Gerhardi no es un caso aislado, sino un síntoma de una industria en transformación.
Los proveedores de Europa en lucha por la supervivencia
Wie Gerhardi stehen hunderte kleinere und mittelständische Zulieferer am Abgrund. Automobilhersteller wie Volkswagen, Stellantis und Ford senken ihre Produktionsvolumen, um der schwachen Nachfrage und den hohen Umstellungskosten auf Elektrofahrzeuge zu begegnen. Para sus proveedores, que tradicionalmente operan con márgenes reducidos, esto significa una sentencia de muerte.
Los números no mienten: según la asociación europea de proveedores CLEPA, solo en este año se han eliminado 53,300 empleos en el sector, la mayoría de ellos en Alemania. Esto incluso supera las pérdidas durante la pandemia de coronavirus. "Es una tormenta perfecta", advierte el presidente de CLEPA, Matthias Zink. "Las empresas han invertido masivamente porque esperaban un auge en los vehículos eléctricos. Sin embargo, este no ha ocurrido.
El auge que no llegó
Muchos proveedores han invertido miles de millones en el desarrollo de nuevas tecnologías para satisfacer las demandas de la electromovilidad. Sin embargo, mientras la demanda de motores de combustión disminuye, el avance de la electromovilidad no se materializa.
Un ejemplo destacado: Northvolt, la antigua esperanza para la producción de baterías en Europa, tuvo que declararse en quiebra en EE.UU. De los 16 proyectos de baterías planificados en Europa, según Eulerpool, ya se han pospuesto o cancelado 11. También el especialista alemán Webasto, conocido por techos de automóviles y sistemas de calefacción, se enfrenta a una reestructuración multimillonaria.
Die Herausforderung geht jedoch über die Elektrifizierung hinaus. Hohe Energiepreise, regulatorischer Druck und wachsende Handelskonflikte – insbesondere zwischen Europa und den USA – belasten die Branche zusätzlich.
La dificultad va más allá de la electrificación. Precios altos de energía, presión regulatoria y crecientes conflictos comerciales, especialmente entre Europa y EE.UU., afectan adicionalmente al sector.
Eine ganze Region am Abgrund
La crisis no solo afecta a las empresas mismas, sino a ecosistemas enteros. En Friedrichshafen, por ejemplo, ZF Friedrichshafen, un gigante de la tecnología de propulsión, enfrenta recortes profundos. La empresa planea reducir su plantilla en Alemania a casi la mitad. Las consecuencias para la economía local serían devastadoras. Restaurantes, panaderías y empresas de logística dependen del éxito de ZF, una cadena que ahora amenaza con romperse.
Igualmente sombrío es el panorama en Italia. Stellantis, el gigante automovilístico europeo, ha detenido varias veces la producción del Fiat 500 Electric en su planta de Mirafiori. ¿La razón? El precio. Para muchos compradores, el pequeño eléctrico es simplemente demasiado caro. Sin embargo, el más económico Dacia Sandero con motor de combustión sigue vendiéndose espléndidamente. La consecuencia: proveedores como el fabricante italiano de filtros Delgrosso ya han tenido que declararse en quiebra, y otros luchan con reestructuraciones masivas.
¿Qué queda de la industria automotriz europea?
La industria automotriz europea fue una vez la insignia de la industria: un escaparate de innovación y prosperidad. Pero la transformación actual amenaza con destruir no solo empresas individuales, sino estructuras económicas enteras. Mientras la política reduce las subvenciones y los consumidores permanecen escépticos, la industria carece del impulso decisivo para una recuperación.
„Es ist zutiefst beunruhigend“, sagt Marco Gay, Präsident der Industrievereinigung Turin. „Wir riskieren, etwas zu verlieren, das Arbeitsplätze, Prestige und die Geschichte unserer Region geprägt hat.“
La industria automotriz europea enfrenta el desafío de su vida. Si podrá superarlo, no solo determinará su futuro, sino también el de millones que dependen de ella.