La adquisición de Software AG por parte del inversor financiero Silver Lake genera una considerable inquietud entre los accionistas. Tras adquirir Silver Lake la mayoría de las acciones por 2.400 millones de euros el año pasado y suspender las operaciones en la bolsa, se votó en la última junta general de accionistas en Darmstadt sobre la oferta de compensación para los accionistas minoritarios restantes. Se propone que reciban 34,14 euros en efectivo por acción.
La empresa debe ahora finalmente despejar el camino para el completo cambio de control. Durante la junta general, los inversionistas institucionales aprovecharon la oportunidad para emitir fuertes críticas sobre la valoración y el proceso de adquisición. Andreas Schmidt, director de la Asociación de Protección de Inversionistas de Capital (SdK), criticó la base de la valoración del pago compensatorio: "Rara vez he visto un informe de valoración que oculte tanto el verdadero valor de una empresa". Su conclusión fue: "Se calcula uno pobre, se les calcula pobres, queridos accionistas."
El inversor británico Petrus Advisers se expresó de manera similar, cuyo socio Till Hufnagel calificó la adquisición como un golpe a los derechos de los accionistas. Hufnagel también criticó la baja valoración de Software AG y señaló que el mercado de capitales alemán de por sí ya tiene mala reputación internacionalmente.
Con aproximadamente el 93,4 por ciento del capital base, Silver Lake tiene el derecho de forzar la salida de accionistas minoritarios a través de un denominado 'squeeze-out'. Sin embargo, estos pueden solicitar una revisión judicial de la valoración.
El debate se prolongó hasta después de las 22 horas debido a numerosas preguntas de los accionistas. Al final, más del 99 por ciento del capital con derecho a voto apoyó el squeeze-out. A pesar de una oferta más elevada de Bain Capital y su filial Rocket Software el año pasado, la dirección de Software AG respaldó la iniciativa de Silver Lake. Esto provocó el descontento entre los accionistas, quienes consideraron la acción como una violación de los deberes legales de la junta directiva y del consejo de supervisión.
Christian Lucas, socio de Silver Lake y presidente del Consejo de Supervisión de Software AG, quien desempeñó un papel delicado, estuvo especialmente en el punto de mira de las críticas. Lucas no asistió a la junta general debido a conflictos de agenda, lo cual planteó más preguntas.
La Software AG se basó en un informe de la firma de auditoría KPMG, que valoró la empresa en 2,5 mil millones de euros y por lo tanto consideró la suma de compensación de 34,14 euros por acción como adecuada. Sin embargo, algunos inversores consideran esta valoración claramente demasiado baja, especialmente en vista de la venta planificada de la división de integración de IT a IBM por 2,13 mil millones de euros.
La reestructuración planificada y la concentración en unidades de negocio individuales plantean más preguntas sobre el futuro de Software AG. El CEO Sanjay Brahmawar enfatizó que la venta del negocio de integración a IBM es una confirmación de la estrategia. Sin embargo, sigue sin estar claro cómo será el futuro de la empresa bajo la nueva dirección.
Para los empleados, esto significa incertidumbre, ya que se planean reducciones de costos significativas, en particular en las áreas de administración e infraestructura. Las unidades de negocio restantes podrían verse particularmente afectadas por las medidas de ahorro.
La Junta General de Accionistas y las decisiones relacionadas han suscitado dudas sobre las intenciones a largo plazo de Silver Lake de mantener a Software AG como una empresa independiente con sede central en Darmstadt.