AI
IA: ¿Tu nuevo superagente o el tirano perfecto?
Wenn die Technologie die Freiheit beschneidet oder erweitert – und was das für uns alle bedeutet.
Han pasado dos años desde que MSG Entertainment, operador de recintos como el legendario Madison Square Garden, causara sensación con inteligencia artificial. Se utilizó un sofisticado sistema de reconocimiento facial para excluir a abogados que representan a firmas litigando contra la empresa. ¿La consecuencia? Los abogados no podían asistir a espectáculos ni eventos deportivos, lo que rápidamente condujo a un enfrentamiento civil. Los abogados demandaron, por supuesto. Y mientras algunos espectadores aprobaban esta farsa con una sonrisa, un CEO murmuró lacónicamente: "Bien hecho".
Doch was auf den ersten Blick wie eine Bagatelle wirkt, öffnet die Tür zu einer der zentralen Debatten unserer Zeit: ¿Cómo influye la inteligencia artificial en el delicado acto de equilibrio entre la libertad individual, el progreso social y los intereses económicos? ¿Y todavía somos los actores de este desarrollo, o hace tiempo que somos solo figurantes?
Die Freiheit, nicht frei zu sein
Reid Hoffman, inversor tecnológico y cofundador de LinkedIn, abordó estas cuestiones recientemente en un discurso en Londres. Se refirió a los famosos conceptos del filósofo Isaiah Berlin: "libertad negativa" (la libertad de las restricciones externas) y "libertad positiva" (la capacidad de actuar de manera autónoma). Según Berlin, ambos conceptos a menudo entran en conflicto. Las democracias intentan encontrar un camino mediante compromisos, con éxito variable.
Hoffman advierte: Mientras que las tecnologías anteriores eran principalmente herramientas, la IA es algo fundamentalmente nuevo. Decide, crea y evalúa de forma autónoma, y podría tanto darnos libertad como quitárnosla. En su libro Nexus, Yuval Noah Harari incluso llama a la IA una "inteligencia extraterrestre" que, a diferencia de una bomba atómica, podría actuar de manera autónoma. Harari pinta escenarios sombríos: drones que deciden por sí mismos a quién atacar. Algoritmos que cementan la injusticia social. Un mundo de jaulas invisibles.
Doch Hoffman argumenta en contra. La IA, según su tesis, no solo puede ser un escenario de amenaza. También podría convertirse en la "superagente" definitiva del ser humano, si la usamos correctamente.
Superpoderes para el día a día
Imagínese que la IA es su asistente personal: lo ayuda a comprender contratos complejos, enseña matemáticas a sus hijos o lo convierte en un trabajador más competente. Con sistemas como ChatGPT, según Hoffman, las personas podrían descubrir sus propias "superpoderes" - creativas, innovadoras y autónomas.
Esta libertad positiva, como la llama Hoffman, permite a cada uno sacar lo mejor de sí mismo en una sociedad descentralizada y flexible. "Herramientas como ChatGPT son como un GPS para la información", explica él. No es una imposición, sino un apoyo.
Doch dieser optimistische Blick übersieht eine entscheidende Frage: ¿Quién decide cómo se diseñan estas tecnologías? ¿Y cómo evitamos que la libertad se convierta en control?
China: La cara oculta de la "Superagencia
Quien quiera ver cómo no debería funcionar, mira a China. Allí, el gobierno utiliza la IA para vigilar a los ciudadanos y consolidar un régimen autoritario. El reconocimiento facial y los Big Data crean un mundo que los expertos denominan "jaula invisible". Lo que para Hoffman es una libertad positiva, se convierte aquí en una envoltura retórica: el beneficio colectivo sirve solo a una pequeña élite.
Ein Bericht der Information Technology and Innovation Foundation warnt, dass China die USA bald in der Entwicklung von KI überholen könnte – wenn es das nicht schon getan hat. Was dann? Wie verteidigen demokratische Gesellschaften ihre Werte, wenn autoritäre Systeme KI nutzen, um Freiheit zu unterdrücken?
Ein unsichtbarer Krieg
El debate sobre la IA es más que filosofía de la tecnología. Es una lucha por valores y poder. La cuestión no es si la IA determinará nuestro futuro, sino cómo. ¿Seguiremos siendo los diseñadores, o solo los observadores?
Mientras las democracias se esfuerzan por llegar a compromisos, China demuestra lo rápido que se puede maltratar la inteligencia artificial. Pero el optimismo de Hoffman muestra: hay una alternativa. Si utilizamos la inteligencia artificial para empoderar a las personas y al mismo tiempo establecer reglas claras, realmente puede convertirse en una "superagente": una herramienta que promueve nuestras libertades individuales y al mismo tiempo nos conecta.
Am Ende ist KI weder Freund noch Feind. Es ist ein Spiegel unserer Entscheidungen. Y la pregunta sigue siendo: ¿Qué veremos?