El gobierno de EE. UU. ha aprobado hasta 7,87 mil millones de dólares para que Intel financie nuevas fábricas de chips en cuatro estados. Esta es la mayor subvención bajo la "Ley de Chips", una iniciativa de la administración Biden para revitalizar la producción nacional de semiconductores.
La cantidad aprobada está por debajo de los 8,5 mil millones de dólares inicialmente previstos. La reducción se debe a una financiación separada de hasta 3 mil millones de dólares para la construcción de instalaciones seguras para microchips con fines militares y de inteligencia, según informaron representantes del gobierno.
Los fondos del "Chips Act" aprobado en 2022 deben fortalecer la industria de semiconductores de EE. UU., que en las últimas décadas ha migrado crecientemente hacia Asia. En 2020, solo alrededor del 12 % de la producción mundial de chips correspondía a EE. UU. Los subsidios buscan solucionar problemas de cadenas de suministro y reducir dependencias geopolíticas, especialmente de China.
Los fondos se desembolsarán a Intel al alcanzar ciertos hitos, y al menos 1,000 millones de dólares deberán fluir este año. A cambio, Intel se ha comprometido a no realizar recompras de acciones en los próximos cinco años, según el Ministerio de Comercio.
Los fondos deben financiar la expansión de fábricas en Arizona, Nuevo México, Ohio y Oregón. Sin embargo, Intel no hará uso de los préstamos planificados por un total de 11 mil millones de dólares, sino que continuará solicitando los créditos fiscales asociados.
La promoción es parte de un programa integral del gobierno de EE. UU. para reducir la dependencia de semiconductores extranjeros, especialmente para el Pentágono. El Chips Act comprende un total de 53 mil millones de dólares y es un elemento central de la política económica del presidente Biden.
Para Intel, la financiación significa apoyo adicional para la ambiciosa reestructuración bajo el CEO Pat Gelsinger.
Sin embargo, Intel está luchando con dificultades para implementar sus planes. La empresa ha recortado miles de puestos de trabajo, y la cuota de mercado de su negocio principal ha sido eclipsada por el éxito de los procesadores gráficos de Nvidia, que están optimizados para aplicaciones de inteligencia artificial. Las acciones de Intel han caído un 51 % este año.