La práctica de documentar despidos en las redes sociales se está volviendo cada vez más popular, especialmente entre los trabajadores más jóvenes como la Generación Z. Un ejemplo: Heather Haynes grabó su propio despido y compartió el video en TikTok, donde obtuvo más de 10 millones de visitas. Su reacción – sorpresa y lágrimas durante la reunión virtual – llamó la atención y desató un debate sobre la tendencia de compartir públicamente experiencias laborales personales.
En TikTok ya existen más de 32.000 publicaciones bajo el hashtag "despidos". Estos videos, a menudo con historias emocionales y críticas directas a ex empleadores, presentan nuevos desafíos para las empresas. Según Katherine Loranger, Directora de Personal en Safeguard Global, la joven generación utiliza las redes sociales para denunciar "lugares de trabajo tóxicos, mala gestión o trato injusto" y llamar la atención sobre las injusticias.
Cierra Desmaratti, ex empleada de Deloitte, alcanzó más de 71.000 visitas con su video de renuncia. Describió un entorno laboral que consideraba "intimidante" y que no se ajustaba a su personalidad. Aunque según sus propias palabras no guarda rencor, expresa que tales publicaciones públicas podrían "presionar más a las empresas" para tratar a los empleados de manera más justa.
Al mismo tiempo, Margaret Buj, asesora de carrera, advierte sobre los riesgos potenciales de tales videos: "Compartir experiencias de renuncia en las redes sociales podría desalentar a futuros empleadores, ya que temen que se divulgue información confidencial". Especialmente en el sector tecnológico, donde se originan muchos de estos videos, tales declaraciones públicas podrían considerarse un riesgo para la carrera.
Las condiciones legales varían enormemente. En el Reino Unido, los despidos deben ir acompañados de consultas, mientras que en los EE. UU., las reglas varían según el estado. Los abogados señalan que las empresas tienen pocas opciones legales si los empleados despedidos publican contenidos sensibles; sin embargo, la ley de protección de datos podría ser un punto de partida.
Para empresas como Deloitte, Google o Meta, que se mencionan con frecuencia en los videos, estas publicaciones podrían aumentar la presión pública para abordar los despidos de manera más justa y transparente. Deloitte enfatizó a la prensa que, por respeto a la privacidad, no comentan casos individuales.
La tendencia de hacer virales las renuncias refleja un cambio más profundo en la cultura laboral. Aunque a corto plazo genera solidaridad y atención, no está claro cuán sostenibles serán los efectos sobre las políticas corporativas y las carreras individuales. "Rostros como el mío están ahí afuera, visibles y valientes. No somos números que pueden ser simplemente descartados", dijo Desmaratti en su video, destacando un punto en el debate continuo sobre las relaciones de poder en el lugar de trabajo.