Die US-Regierung entging nur knapp einem Stillstand. Aber statt über eine politische Lösung zu diskutieren, spricht ganz Washington über Elon Musk. Der Tech-Milliardär hat in nur 48 Stunden bewiesen, wie weit sein Einfluss reicht – und wie er die ohnehin fragile politische Landschaft der USA ins Wanken bringt.
Ein Tweet, ein Milliardär und der Fall eines Gesetzes
En plena noche, a las 4:15 a.m., Elon Musk envió el tuit decisivo: "Esta ley no debe aprobarse". Se trataba de una llamada "Continuing Resolution" (CR), destinada a asegurar la financiación del gobierno. Pero Musk, el dueño de la plataforma X (anteriormente Twitter), no cejó. Más de 150 publicaciones adicionales siguieron, muchas de ellas llenas de desinformación.
Behauptungen wie eine angebliche 40%-ige Gehaltserhöhung für Politiker oder ein Milliarden-Deal für ein Football-Stadion in Washington erwiesen sich schnell als falsch. Doch der Schaden war angerichtet. Nur zwölf Stunden später war der Gesetzesvorschlag Geschichte – ein Sieg für Musk und ein Schlag ins Gesicht für den Sprecher des Repräsentantenhauses, Mike Johnson.
El arquitecto en la sombra de Trump
Aunque Donald Trump se unió al debate más tarde, estaba claro: Musk no actúa en el vacío. Con una donación de 250 millones de dólares a la campaña de reelección de Trump y con su omnipresente plataforma de medios sociales, Musk se ha convertido en la voz más importante en el entorno del expresidente. Algunos lo llaman el "primer amigo" de Trump, pero eso no le hace justicia a su papel real. Musk es a la vez estratega, financista y ejecutor.
Para los republicanos, esto significa que quien no se mantenga en la línea de Trump corre el riesgo de ser desafiado en las próximas elecciones por oponentes financiados por Musk. Ya muchos legisladores se sienten acorralados por el titán tecnológico. Para los demócratas, en cambio, Musk es una amenaza impredecible. Con su influencia sobre Trump y una enorme gama de negocios que incluye contratos estatales, desempeña un papel que es difícil de controlar.
Musk contra la democracia: un conflicto de intereses
El papel de Musk en la política estadounidense genera cada vez más controversias. La senadora de Massachusetts Elizabeth Warren llegó a pedir en una carta abierta a Trump que revele si la influencia de Musk sirve a los intereses del país o solo a los de sus imperios comerciales.
¿Un ejemplo? Después de los masivos ataques de Musk contra Twitter, se eliminó una disposición importante de la ley que habría previsto regulaciones más estrictas para las transacciones tecnológicas con China. Una clara victoria para Musk, cuyos intereses comerciales en China son conocidos por ser extensos. Los demócratas no lo dejaron sin comentarios, pero hasta ahora la Casa Blanca ha permanecido en gran medida en silencio.
Lucha de poder o simbiosis?
Mientras algunos republicanos esperan que Trump eventualmente pierda la paciencia con Musk, esto parece poco probable por el momento. Musk no solo aporta miles de millones, sino también un alcance global y el brillo del éxito. Eleva a Trump a un nuevo nivel, y Trump lo aprecia. Por lo tanto, es probable que el dúo continúe trabajando mano a mano para dar forma al panorama político según sus deseos.
Pero una pregunta sigue abierta: ¿Cuánto tiempo seguirá Musk siendo el titiritero en la sombra? Algunas voces en el campo conservador ya lo proponen como presidente de la Cámara de Representantes, una posición que elevaría su influencia a un nuevo nivel. Pero para Musk, eso probablemente sería un descenso. Después de todo, ya ha demostrado que puede ejercer más caos y control desde las sombras de lo que cualquier posición oficial le permitiría jamás.
Una mirada al futuro: ¿Más caos?
¿Qué significa esto para los próximos cuatro años? El caos y la corrupción podrían convertirse en la nueva norma. Porque mientras Musk dé la impresión de representar los intereses del "hombre común" cuando en realidad solo protege sus propias prioridades, los demócratas tendrán dificultades para ponerle límites. ¿Y para Trump? Musk es el socio perfecto para conducir a Estados Unidos hacia una nueva era impredecible.
Die Frage ist nicht mehr, ob Musk die politische Bühne dominiert. Die Frage ist, wie lange er damit durchkommt.