Douglas Lamont, CEO del fabricante de chocolates holandés Tony’s Chocolonely, está causando revuelo con chocolate, ética y una buena dosis de pragmatismo. Se ve a sí mismo como un empresario con misión, pero sin la pretensión de tener una opinión sobre todo y todos. En una época en la que los CEOs actúan cada vez más como comentaristas políticos, Lamont elige conscientemente un camino diferente: "No tengo una opinión sobre todos los temas, y eso está bien.
Un calendario de adviento lleno de lágrimas y una ventana vacía
Comenzó con un movimiento controvertido: en 2021, Tony's Chocolonely dejó intencionadamente una ventana vacía en su calendario de adviento, donde debería haber chocolate. ¿El mensaje detrás? Una referencia a la desigualdad y el trabajo infantil en la producción de cacao. Los padres estaban horrorizados, los niños lloraban, y la red discutía. Pero Lamont, quien se unió a la empresa en 2022, defiende firmemente la medida: "La Navidad no solo es el momento más importante para la venta de chocolate, sino también una oportunidad para transmitir mensajes.
Pero este tipo de activismo contrasta con la actitud general de Lamont: evita deliberadamente posicionarse sobre conflictos globales como el conflicto de Medio Oriente o la política estadounidense. "No tienes que tener una opinión sobre todo", dice en su colorida oficina en Ámsterdam, que parece más un taller creativo que la sede de una empresa.
¿Ética y capitalismo: es eso posible?
Lamont cree firmemente que las empresas deben asumir responsabilidades sociales y ecológicas, y no por pura actitud de "capitalismo woke", sino por convicción. "Si no lo hacemos a largo plazo, todos estamos perdidos." Sin embargo, se mantiene pragmático: "El capitalismo es una manera genial de resolver problemas.
Tony’s persigue un objetivo ambicioso: cambiar toda la industria del chocolate. La empresa paga a sus agricultores en Ghana y Costa de Marfil un sobreprecio para proporcionarles un ingreso digno. Estos costos adicionales afectan directamente los márgenes de ganancia, un paso audaz en una industria caracterizada por la presión de precios y mercados de materias primas volátiles. Sin embargo, Lamont está convencido: "Si comemos menos chocolate, pero de mejor calidad, podemos permitirnos pagar más por los granos.
Ein CEO al estilo Willy Wonka
El ex CEO de Innocent Drinks, un fabricante de batidos, ha interiorizado el pensamiento no convencional. Su día laboral es una mezcla de gestión estructurada y momentos creativos. Ya sea paseando por la oficina en Ámsterdam, manteniendo conversaciones espontáneas con los empleados o visitando las fábricas en África Occidental, Lamont es un hombre de acción. "Me gusta trabajar con hacedores. La teoría es importante, pero al final, lo que cuenta es lo que se lleva a cabo.
Con una facturación de 150 millones de euros en 2023, a pesar de una pérdida de 2,7 millones de euros, Tony's Chocolonely está en camino de crecimiento. Pero el objetivo es claro: “Podemos convertirnos en una marca con mil millones de dólares de facturación”, explica Lamont. Y eso, sin renunciar a los principios éticos que hacen a la empresa tan única.
Críticas y desafíos: la transparencia como clave
Tony's Chocolonely se ha hecho un nombre gracias a la transparencia. Hace dos años, cuando el número de niños en la cadena de suministro de la empresa aumentó, fue Tony's quien publicó las cifras. Lamont: "Las condiciones en África Occidental son extremadamente complejas. Si cometemos errores, debemos hablar de ellos y analizarlos.
Doch nicht alle sind überzeugt. Kritiker werfen Tony’s vor, moralisch predigend aufzutreten, während andere Hersteller in der Branche zu wenig tun. Lamont kontert: „Ich wünschte, die großen Player würden einfach mal ihre Probleme offenlegen. Aber das passiert nicht.“
El precio de la responsabilidad
La industria del chocolate enfrenta inmensos desafíos: aumento de precios de materias primas, cambio climático, cadenas de suministro opacas. Tony's responde con un modelo de negocio único: además de vender chocolate, ofrece a otras empresas como Ben & Jerry's la posibilidad de comprar granos de cacao producidos éticamente a través de su plataforma "Open Chain". Un enfoque que no solo desafía a la competencia, sino que también podría cambiar sustentablemente a toda la industria.