Volkswagen ha vendido su planta en Xinjiang tras años de presión de inversores y grupos de derechos humanos que exigían la retirada de la región. El trasfondo son informes sobre violaciones de derechos humanos, incluida la explotación laboral y la detención de la minoría musulmana uigur, acusaciones que Pekín rechaza.

El mayor fabricante de automóviles de Europa anunció el miércoles que venderá la planta en el marco de una empresa conjunta con la estatal SAIC a otra empresa, también estatal. VW citó "razones económicas" como la justificación oficial para la venta. La planta en la ciudad de Urumqi se inauguró en 2013, pero no ha producido vehículos desde el inicio de la pandemia de coronavirus.

Volkswagen fue durante mucho tiempo reacio a ceder el lugar y argumentó internamente que un cierre podría poner en peligro la relación con el socio SAIC. China sigue siendo el mayor mercado de ventas de la empresa, pero la cuota de mercado de la marca principal VW se ha reducido a la mitad, hasta el 12 por ciento, en cinco años. Las ventas decrecientes en China son un factor esencial para la decisión de VW de cerrar fábricas en Alemania, poniendo en peligro miles de empleos.

SAIC, el mayor socio de empresa conjunta de VW en China, se opuso inicialmente a la venta. Pero, según fuentes, la creciente competencia en el mercado interno obliga a los fabricantes de automóviles chinos a impulsar su expansión hacia Europa. Allí, las conexiones con Xinjiang podrían poner en peligro las ventas debido a preocupaciones sobre los derechos humanos. La marca MG de SAIC es actualmente el mayor exportador de automóviles de China a Europa, mientras que competidores como BYD están aumentando lentamente su cuota de mercado.

VW había defendido durante mucho tiempo su presencia en Xinjiang y en 2022 realizó una auditoría para refutar las acusaciones de trabajo forzado. Pero un informe del Financial Times mostró que esta revisión no cumplía con los estándares internacionales y contenía declaraciones contradictorias.

Janne Werning, jefe de los mercados de capital ESG en Union Investment, accionista de VW, celebró la retirada como un "paso largamente esperado", pero criticó que la "deficiente gobernanza corporativa sigue siendo el talón de Aquiles de VW".

Expertos esperan que la retirada de Xinjiang no conduzca a boicots de consumidores, como los que experimentaron marcas como H&M y Adidas en 2021 tras su decisión de dejar de usar algodón de la región. Shaun Rein, fundador del China Market Research Group, declaró que se espera que la reacción sea "más moderada", ya que los consumidores podrían percibir que VW fue obligado por presión externa.

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