El gigante automotriz alemán Volkswagen enfrenta una reestructuración exhaustiva para superar su crisis. La empresa planea el cierre de varias plantas en Alemania y la reducción de decenas de miles de puestos de trabajo. El objetivo es reducir los altos costos y aumentar la rentabilidad. Sin embargo, la cuestión central sigue siendo si estas medidas serán suficientes para resolver los problemas existentes de manera sostenible.
En el tercer trimestre de 2024, Volkswagen registró una drástica caída de ganancias del 64%, lo que agrava aún más la difícil situación del grupo. Especialmente problemático es el mercado chino, donde las entregas cayeron un 10% en los primeros nueve meses del año. Se espera que los ingresos de las empresas conjuntas en China alcancen solo alrededor de 1,6 mil millones de euros este año, aproximadamente la mitad del valor del año anterior. La competencia de los fabricantes chinos locales, que ofrecen vehículos más económicos y eficientes, representa un desafío estructural difícil de revertir.
Además del débil desempeño en China, Volkswagen lucha con una desaceleración cíclica en el mercado europeo de vehículos. Se espera que las ventas de vehículos en Europa caigan a 14 millones este año, en comparación con 16 millones antes de la pandemia. Esta situación obliga al grupo a reconsiderar y ajustar drásticamente su base de costos.
Una parte esencial de los problemas radica en los márgenes de la marca principal de VW. En el tercer trimestre, los márgenes de beneficio cayeron a solo un 1,8% de las ventas, muy por debajo del objetivo anual del 5,6%. En comparación, el competidor Renault espera márgenes EBIT de casi un 8% para todo el año. Para alcanzar el objetivo de margen, Volkswagen planea un aumento al 6,5% para 2026 y ya anunció el año pasado mejoras en el rendimiento por valor de 10 mil millones de euros. Las medidas actuales para el cierre de plantas y la reducción de empleos podrían ahorrar otros 4 mil millones de euros, involucrando en total aproximadamente el 15% de las ventas de VW, más de lo necesario para alcanzar el objetivo de margen.
A pesar de estas medidas extensivas, los inversores siguen siendo escépticos. Muchos temen que la competencia de precios, especialmente con los fabricantes chinos, y la presión sobre los márgenes debido a los vehículos eléctricos continúen afectando la rentabilidad. Además, la reestructuración planificada enfrenta resistencia, ya que las grandes pérdidas de empleo y los cierres de fábricas presentan desafíos sociopolíticos y económicos.
Volkswagen cotiza en la bolsa con un múltiplo de 3.3 veces las ganancias anuales esperadas. Esto refleja la falta de confianza de los inversores en que la empresa pueda superar su crisis con éxito.