El jefe de Bayer, Bill Anderson, se enfrenta a un desafío en la asamblea general del viernes, ya que debe lidiar con la crítica masiva de los accionistas. En particular, se abordarán los problemas de la empresa, como las oleadas de demandas por glifosato y PCB en EE. UU., la alta deuda y los desafíos en la cartera de productos farmacéuticos.
Los críticos, incluyendo a Ingo Speich de Deka y Janne Werning de Union Investment, exigen a Anderson soluciones para estos problemas. Destacan que los accionistas ya han aportado a la estabilidad financiera de Bayer mediante la renuncia casi total a los dividendos y ahora esperan respuestas.
La carga financiera por litigios multimillonarios en EE. UU., especialmente en relación con el glifosato y los PCB, ha puesto a Bayer bajo presión. A pesar del crecimiento en las ventas del último trimestre, las expectativas del mercado y las perspectivas futuras de la empresa están en duda.
Anderson intenta difundir optimismo anunciando un nuevo modelo de liderazgo que promete agilizar a Bayer y reducir costos. Sin embargo, muchos inversores están insatisfechos y exigen una solución más rápida a los problemas legales, así como una estrategia más convincente por parte de Anderson.
Algunos inversores habían esperado una división o venta de divisiones de la empresa, lo que sin embargo Anderson ha rechazado hasta ahora. En su lugar, la empresa está considerando medidas legales y políticas para resolver las disputas legales y mejorar la situación.
A pesar de los esfuerzos actuales, el futuro de Bayer permanece incierto y muchos inversores dudan en invertir en la compañía mientras continúen los litigios. Las acciones de Bayer experimentan una reacción volátil durante la junta general, mientras la empresa sigue luchando por recuperar la confianza de los inversores.