Donald Trump ha desencadenado una nueva ola de conflictos comerciales con la introducción de aranceles drásticos sobre productos de China, México y Canadá. Mientras las asociaciones económicas de EE.UU. advierten sobre el aumento de los precios al consumidor y la interrupción de las cadenas de suministro, Canadá y México ya han anunciado contramedidas.
Los nuevos aranceles prevén un gravamen del 10 por ciento sobre las importaciones chinas, mientras que para los productos provenientes de México y Canadá se cobrarán el 25 por ciento. Las importaciones de energía desde Canadá serán gravadas con el 10 por ciento. La Cámara de Comercio de EE. UU. criticó la medida por ser económicamente perjudicial. "El presidente aborda con razón problemas como nuestra frontera rota, pero los aranceles no son la solución: solo aumentarán los precios para las familias estadounidenses", dijo John Murphy, vicepresidente sénior de la Cámara de Comercio.
Auch Verbraucherschutz- und Industrieverbände schlagen Alarm. "Los aranceles a todas las importaciones de México y Canadá, especialmente a los ingredientes y materiales que no están disponibles en EE. UU., podrían aumentar los precios de los bienes de consumo y desencadenar represalias contra las exportaciones estadounidenses", advirtió Tom Madrecki de la Consumer Brands Association.
Las primeras reacciones no se hicieron esperar. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció aranceles de represalia del 25% sobre productos por valor de 155 mil millones de dólares canadienses, incluyendo carne, jugo de naranja, neumáticos, productos de papel y ropa. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, declaró que presentará las primeras contramedidas el lunes.
A medida que aumentan las tensiones, Trump mismo echa más leña al fuego. En una publicación en Truth Social, dijo que Canadá debería ser incorporado a Estados Unidos "como el 51° estado". "No necesitamos nada de lo que ellos tienen. Sin nuestros enormes subsidios, Canadá dejaría de existir", escribió.
También dentro del Partido Republicano crece la resistencia. El senador Tim Scott de Carolina del Sur criticó que la actuación de Trump era "nada más que un impuesto sobre los ciudadanos estadounidenses". El senador Rand Paul de Kentucky declaró: "Los aranceles son simplemente impuestos. Antes, los conservadores se unían contra los aumentos de impuestos. Gravar el comercio significa menos comercio y precios más altos.
Los demócratas acusaron a Trump de irresponsabilidad económica.
Economistas advierten sobre daños económicos significativos. Según un análisis del Peterson Institute, los nuevos aranceles de Trump frenarían el crecimiento de EE. UU. en 200 mil millones de dólares durante su mandato, además de un aumento en la inflación. Goldman Sachs espera que un impuesto permanente del 25 por ciento a las importaciones de Canadá y México podría aumentar la inflación subyacente de EE. UU. en 0.7 puntos porcentuales.
Los mercados financieros ya reaccionan con nerviosismo. "Estados Unidos ha adoptado la estrategia arancelaria más arriesgada en décadas", dijo Ed Al-Hussainy de Columbia Threadneedle. Los inversores deben ahora prepararse para un endurecimiento de las condiciones financieras, incluidos precios de las acciones en caída y un aumento de las primas de riesgo.