Una significativa caída de la inflación en Francia ha reavivado los debates sobre un posible recorte de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). En marzo, Francia registró una tasa de inflación de solo el 2,4 por ciento en comparación con el mismo mes del año anterior, la más baja desde agosto de 2021 y por debajo de las previsiones de los economistas, que esperaban una disminución al 2,8 por ciento.

Este descenso se debe en parte a la caída de los precios de los alimentos frescos y a un incremento más lento de los precios de la energía. Desarrollos similares se observaron en Italia, donde la inflación también estuvo por debajo de las expectativas con un 1,3 por ciento y se mantuvo significativamente por debajo del objetivo del 2 por ciento del BCE.

François Villeroy de Galhau, gobernador del banco central de Francia y miembro del consejo del BCE, señaló que el BCE podría realizar una moderada reducción de tipos de interés ya en primavera, independientemente de las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Una encuesta entre economistas sugiere que la mayoría espera un primer recorte de tasas ya en junio, mientras que una medida en abril se considera improbable. El BCE ha mantenido la tasa de depósito, a la cual los bancos pueden aparcar fondos excedentes en el banco central, estable en el 4,00 por ciento desde mediados de septiembre, el nivel más alto desde la creación de la unión monetaria.

Las discusiones sobre una reducción de las tasas de interés se ven avivadas por los últimos datos de inflación, que muestran una desaceleración en el aumento de precios en dos de las mayores economías de la eurozona. Estos avances podrían permitir al BCE relajar su política monetaria restrictiva para combatir la inflación, con el fin de estabilizar la tasa de inflación en el dos por ciento.