Volkswagen-Chef Oliver Blume expresa serias preocupaciones sobre una posible represalia china tras la decisión de la UE de imponer aranceles adicionales a los coches eléctricos chinos.
Los aranceles adicionales planeados podrían alcanzar hasta el 30 por ciento para los autos alemanes en China, lo que conllevaría desventajas significativas para el grupo VW en el mercado chino. "Tendríamos desventajas considerables en el mercado chino. Por eso nos pronunciamos claramente en contra de tales nuevas reglas", explicó Blume.
En lugar de aranceles adicionales, Blume exige inversiones que sean beneficiosas para ambas partes.
La UE ha concedido a la industria automovilística alemana un plazo hasta finales de octubre, hasta que se apliquen los aranceles. Blume confía en que Bruselas aún pueda llegar a un entendimiento con la parte china para encontrar una solución justa para ambas partes.