Brechas de seguridad en telecomunicaciones: EE. UU. en la mira de hackers chinos

Las autoridades estadounidenses han instado a las empresas de telecomunicaciones a reforzar la seguridad de sus redes. El trasfondo es una campaña de ciberespionaje a gran escala desde China, que permitió a funcionarios de Pekín acceder a mensajes privados y llamadas telefónicas de ciudadanos estadounidenses. Las directrices publicadas por el FBI y la Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de Infraestructura están destinadas a ayudar a detener las actividades de los hackers y prevenir futuros ciberataques. Sin embargo, los expertos han enfatizado que la magnitud real del ataque es actualmente incierta, al igual que no es seguro si los hackers todavía tienen acceso a las redes estadounidenses. La repercusión mundial del ataque se subraya por el hecho de que la advertencia se realizó conjuntamente con agencias de seguridad de Nueva Zelanda, Australia y Canadá, que junto con Estados Unidos y el Reino Unido forman la alianza de inteligencia Five Eyes. Según los analistas, la operación lleva el nombre "Salt Typhoon". Los atacantes intentaron infiltrarse en las redes de varias empresas de telecomunicaciones y accedieron a los metadatos de numerosos clientes. Esta información incluía datos sobre las horas, así como los remitentes y receptores de llamadas y mensajes. Aunque los hackers sólo consiguieron acceder en pocos casos a los archivos de audio y mensajes de texto reales, las personas afectadas del gobierno y la política fueron informadas por el FBI. Sin embargo, sigue siendo responsabilidad de las empresas de telecomunicaciones notificar a la amplia masa de afectados. Las investigaciones exhaustivas han estado en marcha durante meses, pero el número exacto de víctimas y el posible acceso continuo a los datos por parte de los hackers sigue siendo desconocido. Parte de la información atacada se refiere a investigaciones policiales estadounidenses y mandatos judiciales, lo que podría indicar que los hackers pretendían acceder a programas sujetos a la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera. También se sospecha que los hackers tenían el objetivo de penetrar profundamente en los sistemas de telecomunicaciones para obtener acceso amplio a la información de los estadounidenses. Las sugerencias de seguridad ofrecidas incluyen medidas técnicas como el cifrado, la centralización y la supervisión continua, que podrían dificultar considerablemente la ejecución de tales ciberataques.