Intel en transición: Pat Gelsinger dimite inesperadamente

El mundo empresarial se muestra sorprendido por la repentina dimisión de Pat Gelsinger como CEO de Intel. En un comunicado de prensa publicado el lunes antes del inicio de la jornada bursátil, el atribulado fabricante de chips anunció que Gelsinger, quien dirigió la empresa durante casi cuatro años, dejará su cargo y escaño en el consejo a partir del 1 de diciembre. Para la transición, se han designado a David Zinsner, CFO, y Michelle Johnston Holthaus, CEO de Intel Products, como co-CEOs interinos mientras se busca un sucesor permanente. Curiosamente, la empresa omitió en el anuncio el habitual nombramiento de Gelsinger en una función consultiva, lo que sugiere que el CEO fue más bien presionado para dimitir. Informes de los medios confirmaron esta impresión más tarde el mismo día. No sorprende que la dimisión esté relacionada con el bajo rendimiento de las acciones de la empresa y su retraso frente a los competidores. Sin embargo, sigue siendo sorprendente que Intel haya decidido actuar sin haber encontrado aún un sucesor definitivo. La salida de Gelsinger llega en un momento especialmente inoportuno para Intel. La empresa se encuentra en medio de su mayor transformación en cuatro décadas, un cambio que Gelsinger aún tenía en la agenda hace pocos meses. Aunque la acción subió inicialmente tras la noticia, luego perdió más terreno en el mercado, cayendo un 6,1% el martes siguiente. Los analistas de Wall Street se mostraron escépticos de que este drástico cambio de liderazgo pueda beneficiar a Intel a corto plazo. Uno de los componentes principales del plan de Gelsinger era la reestructuración de su propia fundición para abrirla a clientes externos, similar a lo que el gran competidor TSMC ya había implementado con éxito. Pero la implementación resultó ser difícil: las pérdidas de miles de millones se acumularon y parece que un nuevo CEO podría limitar esta estrategia o incluso escindir el negocio de la fundición. Las ambiciosas aspiraciones de hacer que el negocio de fundición de Intel sea el número dos a nivel mundial ahora amenazan con estancarse y el cronograma de la empresa para nuevas fábricas se ha pospuesto para después de 2030. En este sentido, la salida de Gelsinger probablemente también signifique un alivio para TSMC, la empresa más poderosa en este sector.