BP se retira de su objetivo climático original e invierte más en energías fósiles.

BP ha abandonado sus ambiciosos planes de reducir la producción de petróleo y gas para 2030, después de que la empresa anunciara en 2020 su intención de disminuir la producción en un 40% y, al mismo tiempo, impulsar el desarrollo de energías renovables. El año pasado, este objetivo se ajustó a una reducción del 25%. El nuevo director ejecutivo, Murray Auchincloss, ahora sigue una estrategia que se centra más en rendimientos inmediatos para recuperar la confianza perdida de los inversores. La empresa se centra actualmente en aumentar las inversiones en Oriente Medio y en el Golfo de México para incrementar la producción. Auchincloss, exdirector financiero de BP, ha intentado diferenciarse de la estrategia de su predecesor Bernard Looney, y apuesta por proyectos rentables, especialmente en el sector del petróleo y gas, para estabilizar el precio de las acciones. El cambio de estrategia se produce en el contexto de un enfoque creciente en la seguridad energética en Europa, exacerbado por los choques de precios tras la invasión rusa de Ucrania. A pesar de los desafíos en la cadena de suministro y del aumento de los costos, el objetivo de alcanzar emisiones netas cero para 2050 permanece. BP planea inversiones en Irak, incluido el campo Majnoon, y recientemente ha firmado un acuerdo con el gobierno iraquí para el campo de Kirkuk. Otras consideraciones incluyen inversiones en Kuwait y el desarrollo de nuevos proyectos como Kaskida en el Golfo de México. También se contempla la exploración del campo Tiber y la expansión de las actividades terrestres en Estados Unidos en la cuenca del Pérmico. A pesar del enfoque en energías fósiles, BP ha incrementado sus participaciones en el sector de la energía solar y ha desarrollado aún más una asociación en Brasil en el sector de bioenergía.