Greenpeace ha llegado a un acuerdo con Shell en un litigio que se cuenta entre las mayores demandas contra la organización ambiental. La disputa comenzó después de una espectacular acción de protesta en 2023, cuando activistas de Greenpeace ocuparon una plataforma de producción flotante de Shell cerca de las Islas Shetland.
En el marco del acuerdo, Greenpeace donará 300.000 libras a la Royal National Lifeboat Institution (RNLI). Shell había argumentado que las protestas ponían en peligro la seguridad de su tripulación en el mar. Además, Greenpeace se comprometió a mantener una distancia de 500 metros de cuatro plataformas de Shell en el Mar del Norte durante al menos cinco años.
Shell se mostró satisfecha con el acuerdo y destacó que el pago se realizará a favor de la seguridad en el mar. La compañía petrolera y gasista había exigido inicialmente que Greenpeace no emprendiera más acciones contra las instalaciones de Shell en todo el mundo, una demanda que Greenpeace rechazó.
Greenpeace utilizó el caso para atraer la atención pública hacia las empresas de energía fósil y recibió apoyo prominente. El caso fue denominado internamente como demanda "Cousin Greg", en referencia a una escena de la serie Succession. La atención mediática condujo a donaciones de celebridades como Jesse Armstrong, Emma Thompson y Stephen Fry.
„Shell pensó que una demanda de millones nos intimidaría, pero se convirtió en un desastre de relaciones públicas para ellos”, dijo Areeba Hamid, codirectora de Greenpeace UK. La organización no aceptó ninguna responsabilidad y no pagará ninguna compensación a Shell.
Greenpeace sigue bajo presión por demandas similares de otras compañías energéticas fósiles. En EE. UU., la organización se enfrenta a una amenaza existencial por una demanda del operador de oleoductos Energy Transfer, que se refiere a protestas de 2016. La petrolera italiana Eni también inició acciones legales contra Greenpeace en octubre.
La protesta de 2023 se dirigió contra nuevos proyectos de petróleo y gas de Shell. Activistas escalaron con cuerdas la plataforma y desplegaron un cartel con el mensaje "Dejen de perforar, comiencen a pagar". Exigieron que las ganancias de los combustibles fósiles se utilicen para la protección del clima.
Si bien el acuerdo pone fin a la disputa concreta, muestra la creciente brecha entre los activistas ambientales y las empresas de energía fósil, que cada vez van más contra el activismo.