Presión sobre los servicios: Por qué los consumidores aún deben rascarse el bolsillo

Las recientes tendencias en el mercado de consumo estadounidense presentan un panorama diverso: mientras los precios de muchos bienes de consumo industrializados disminuyen, los costos de los servicios permanecen altos. Esto provoca desconcierto entre muchos consumidores cuando deben pagar facturas en restaurantes, talleres de automóviles o seguros. La referencia de inflación preferida por la Reserva Federal, el índice de precios de gastos de consumo personal (PCE), mostró en septiembre un aumento del 3,7 % en el sector servicios en comparación con el año anterior, mientras que los precios de los productos disminuyeron un 1,2 %. Esta reducción en los bienes de consumo contribuye a que la inflación general se acerque lentamente al objetivo del 2 % de la Fed. En particular, el sector gastronómico enfrenta una presión significativa: la inflación en el ámbito de suministro de alimentos aumentó un 3,6 % en septiembre. Cadenas conocidas como Chipotle y McDonald's sienten la presión inflacionaria persistente, aumentada por el incremento de los salarios debido a nuevas leyes de salario mínimo en estados como California. Estos aumentos salariales impulsan al alza los precios de los menús, aunque algunas cadenas de restaurantes tratan de compensar los costos con ofertas especiales de menú. El sector de seguros también registra mayores tasas de inflación. Allstate y Progressive informaron un aumento en las primas de seguros de hogar y automóviles del 10,1 % y 6 % respectivamente, en comparación con el año anterior. Las razones de esto incluyen un mayor número de reclamaciones debido a tormentas y el aumento de los costos de repuestos y mano de obra. Otros factores que contribuyen a la inflación persistente en el sector servicios son los costos de vivienda, que aumentaron un 5,1 % en comparación con el año anterior. La industria de viajes también enfrentó precios más altos, con un incremento del 4,1 % en los precios de los boletos de avión en septiembre. Aunque los costos de insumos para las empresas alimentarias han disminuido, las presiones de costos siguen siendo altas. En promedio, los precios de los alimentos aumentaron un 1,2 % y los de las bebidas un 0,8 %. Aunque estas tasas de inflación son más bajas que en años anteriores, los productos básicos como la leche, los huevos y el aceite de cocina siguen siendo costosos.